.~*Capítulo 9 parte 5*~.
“Haa…”
Con
las cortinas cerradas, respiraciones entrecortadas, suaves y susurrantes voces,
sonidos viscosos haciendo eco en la habitación,
y a pesar de que Yokozawa no
podía estar hablando en momentos como este, este silencio era simplemente incómodo.
“Su…
suficiente…”
“Ni
loco, aun estas estrecho; hasta tu puedes darte cuenta.” Kirishima abrió sus resbaladizos
dedos en forma de tijera, gentilmente golpeando a Yokozawa desde el interior.
Su
habitación estaba abastecida de las cosas que Kirishima trajo a lo largo de los
meses, incluidos el gel y los condones tumbados sobre la sabana. El solo los
llevo un día de la nada, guardándolos en el cajón del lado de Yokozawa sin
siquiera preguntar. Además, Yokozawa realmente no estaba usando ese cajón, así
que no se preocupó mucho, pero él no podía solo sentarse sabiendo que ese tipo de cosas estaban tan a la mano.
Pensó en tirarlas, pero después de aceptarlo a regañadientes creyó que tarde o
temprano terminarían usándolos, así que se rindió. Después de todo, ellos nunca
hubiesen llegado tan lejos con su relación si Yokozawa lo hubiese regañado por
cada pequeña cosa como esta.
“Ha…
¡ngh…!” Cabeza abajo en la cama, Yokozawa
se sintió mareado con la idea de los dedos acariciando su interior, ¿cuánto
tiempo estuvieron…? ¿Cuán gruesos eran? Pero a la velocidad que Kirishima iba,
rozando una y otra vez el mismo sitio, estaba seguro que acabaría en cualquier
momento. “Ya deten-te… con el mismo… lugar…”
“Lo
estoy haciendo apropósito, idiota. Ahora solo recuéstate y disfruta.”
“¡Nn-!
¡Ah!” Un violento escalofrió recorrió su espalda al momento en que Kirishima dio
un intenso golpe, debido a eso posiblemente hubiese sido empujado fuera de la
cama de no ser sujetado por una cálida mano agarrando fuertemente su pene,
impidiendo que acabara.
“Nuh
uh, no te atrevas a venirte primero…”
“Entonces… ¡ya para de golpear el mismo maldito lugar…!”
Tenía dificultades para respirar pero aun así se las arregló para gritarle con su característica
brusquedad.
Kirishima
simplemente soltó una risita. “Entonces ¿eso significa que me quieres a mí? Me
disculpo por no darme cuenta…”
“E-so
no es a lo que…” Si iba a tener que aguantar tal burla, prefería apresurarse y que
acabaran con todo esto, incluso si eso significaba tener que aguantar un poco
de dolor. Pero si lo decía, entonces sonaría como si estuviera suplicando por
ello.
“Tú
sabes, de vez en cuando puedes rogarme dulcemente.”
“¡Si,
como no!”
“No es que tu terca actitud no sea linda. Ahora,
levanta tu cadera un poco más.” Dijo dándole una ligera palmada en el trasero
a Yokozawa. Si llegaran a discutir ahora, esto nunca terminaría, así que lo dejo pasar por ahora. Yokozawa
asumió lo que creía era una vergonzosa posición.
Pudo
sentir como Kirishima deslizaba el condón detrás de él; fue embarazoso, de alguna
manera, era extraño como él podía estar tan calmado en medio de tal acto.
“…
Muy bien, eres un buen chico. Ahora no aprietes.”
“Nn…
ngh…”
Sentía
como la punta de su sexo lo rozaba, y a pesar de estar completamente preparado
de antemano, sus piernas temblaban bruscamente ante la sensación de Kirishima
entrando por completo, lento pero seguro.
Si
lo presionaran, Yokozawa diría que de verdad le disgustaba esta posición— con
Kirishima empujando desde atrás. Aunque ciertamente diría que era más cómodo
que tener sus piernas fuertemente sostenidas hacia atrás, la vergüenza que
sintió al ser tomado por detrás sin siquiera poder decir algo, era insoportable.
Aun no tenía idea de cómo había terminado en
esta posición, a merced de Kirishima. La única razón, a pesar de los
arrasadores sentimientos de vergüenza es que… fue porque era Kirishima.
Probablemente
no hubiese sido capaz de soportar si alguien más lo hubiese visto en tan
vergonzosa posición. No es como si el realmente estuviera “Soportándolo” todo, por
ahora solo evito imaginarse la ridícula escena que estaría dando.
“Mierda, estas más apretado que nunca…”
“No,
es solo que tu pene es jodidamente grande…”
“Tal
vez… pero te gusta.”
“¡¿Cuándo
diablos dije eso?!” El definitivamente
recordaría decir algo tan honesto, y sin importar cuan perdido en éxtasis
hubiera estado, estaba seguro que él nunca diría algo como eso.
“Tú
nunca lo has dicho, pero aun así puedo saberlo.”
“¿Qué
diablos? No te entiendo nada...”
“Tal
vez prefieres que simplemente diga Tu cuerpo
es mucho más honesto ¿en vez de eso? Además, tu realmente deberías considerar la delicada posición en la que estas
antes de quejarte de mí.”
Su
mano envolvió expertamente el pene de Yokozawa, quien ahogo un gemido al sentir
sus dedos, ligeramente golpeando y
rozando suavemente la punta.
A
pesar del intenso placer de las atenciones, el apretado agarre de Kirishima le
impedía acabar, y mientras Yokozawa trataba de dar la cara a tanta frustración,
Kirishima decidió entrar de una sola estocada.
“¡AH!” un agudo aullido se liberó ante la brusca
penetración, estando completamente dentro, Kirishima jadeo por la satisfacción.
El cuerpo entero de Yokozawa palpitaba al mismo tiempo que su pulso, con el
segundo golpe pudo sentir el eco resonando proveniente de su interior y la
lujuria en todo su poder.
“Alguien bajo su guardia…”
“Cierra…
la boca…idiota”
“Ya
ya, lindas palabras como esas solo hacen que quiera burlarme despiadadamente de
ti…”
“Que…
diablos estas… dicie— ¡ngh!”
Kirishima
sujeto su cadera y lo penetro profundamente, sutilmente cambio su posición haciendo que su
pene rozara apropósito las paredes internas de Yokozawa. Podía sentir como el
placer recorría su cuerpo, invadiéndolo con un agradable entumecimiento de una
punta a la otra.
“Aah,
ha-…” El ya no tenía oportunidad de contener su voz por la forma en que
Kirishima lo penetraba firmemente, golpeando dentro una y otra vez, salió por
completo y entro profundamente, rozando su miembro con el sensible interior de
Yokozawa y observando la espectacular vista con una brillante sonrisa.
Cada
musculo de su cuerpo convulsionó, y el sudor se acumuló sobre su piel dejando
un camino de gotas que caían sobre las sabanas. En la punta de su pene relucían
pequeñas gotas de semen, Kirishima volvió a apretarlo provocando que se
pusiera aún más duro. “¡Hnng…!”
Eso
fue sin duda, puro éxtasis, pero la línea entre el abrumador placer y el dolor
era más delgada que un cabello. Estaba ansioso por acabar, pero aún tenía un
obstáculo, Kirishima aflojo su agarre
solo en el último momento.
El
hombre amaba molestarlo, cada vez que
tenía oportunidad presionaba el irritable temperamento de Yokozawa solo lo suficiente, justo antes de que de verdad se enojara y fuera golpeado, terminaba
riendo complacido de ello. Había momentos como estos en los que Yokozawa lo
detestaba, el siempre prometía que se vengaría de Kirishima uno de estos días, pero
aún no había sido bendecido con la oportunidad.
“Sufi-ciente…
por… hoy…ngh—“
“Vamos…
tu puedes más que eso. ¿Qué es lo que decimos cuando queremos venirnos…?” Él no
podía ver la cara de Kirishima, dado sus posiciones, pero estaba seguro de que lo
dijo teniendo una maldita sonrisa en el rostro. Él ya había desafiado a
Yokozawa para rogar ‘lindamente’… pero ¿realmente lastimaría a el tipo echarle un vistazo a quien le estaba
preguntando tales cosas de antes de hablar?
Estaba claro, sin embargo, si él se hubiese
quejado de eso Kirishima continuaría molestándolo, asique se recordó a si mismo
que todo lo que necesitaba para acabar con esa tortura, era decir algo que haga
feliz a Kirishima.
“Como
sea, solo… ya déjame acabar…”
Kirishima
lucia satisfecho con la tímida solicitud. “Como desees~” Y con eso, incremento la velocidad al empujar,
inmediatamente generando un confuso
zumbido en la mente de Yokozawa. Toda idea
y sensación era desgarrada por el creciente placer, luchaba por mantener
su respiración bajo control mientras sentía que su conciencia se hacía pedazos.
El odiaba no ser capaz de ver el rostro de
su amante, pero tenía la ventaja de que al menos mantenía a Kirishima lejos de
ver su completamente inmoral expresión. “Ah— ah… ¡AH!”