Sekaiichi Hatsukoi - Yokozawa Takafumi no baai 5 Capitulo 9 Parte 1
Tipo: Novela
Titulo: Yokozawa Takafumi no Baai 4
Series: Sekai-ichi Hatsukoi
Author/Circle: Nakamura Shungiku, Fujisaki Miyako
Rating: PG
Language: Spanish
Titulo: Yokozawa Takafumi no Baai 4
Series: Sekai-ichi Hatsukoi
Author/Circle: Nakamura Shungiku, Fujisaki Miyako
Rating: PG
Language: Spanish
Permisos: September Scalations
Traduccion: NECROMOONFANSUB: Yaoi no Utsukushi Sekai
Nota :
Bueno y por fin actualizamos algo Yaoi!!!!! jajaja XD
Les aclaro algo, las traducciones de la novela seran actualizadas un dia despues que lo haga September, ya que NECROMOON esta en examenes y no tiene mucho tiempo *gracias NECROMOON por darnos estas bellas traducciones a pesar de todo*
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Capítulo 1 parte 1
El
café-bar vespertino del hotel en el que entró para su encuentro estaba bañado
en una atmósfera relajada, y dado que todos los asientos del sofá a lo largo de
la pared ventanal ya habían sido ocupados, Yokozawa Takafumi optó en su lugar
por un asiento en la barra.
Mirando hacia abajo a su reloj, se dio cuenta de
que aún tenía una buena hora antes de que se supusiera estar aquí. Sus asuntos
hoy habían incluido tiempo extra el fin de semana como también recoger a
Kirishima y a Hiyori, quienes estaban atendiendo a la boda de un pariente. En
intercambio por tomar el auto de Kirishima prestado para conducir a la oficina,
le habían encargado recogerlos en el hotel donde la boda había tenido lugar.
—¿Puedo tomar su orden?
—Tomaré un café.
—Enseguida, señor.
Después de dar su orden, sacó su planificador. La
razón por la que había ido a la oficina en un día libre fue porque las
preparaciones para la próxima feria de invierno se estaban acercando.
Estaba posicionado en el departamento de ventas de
Marukawa Shoten, y dado que había trabajado su trasero sin piedad para avanzar
a través de las posiciones desde el momento en que se había unido a la
compañía, bien se había ganado el apodo de “El oso salvaje” en la oficina.
Mientras que en gran parte marchaba al ritmo de su
propio tambor, adoptando una ética de trabajo de avanzar por su propia cuenta,
en años recientes, le habían encomendado proyectos por los que tenía que tomar
responsabilidad personal, y quizás por eso había sido asignado como el
coordinador para las diferentes divisiones de la compañía para esta feria de
invierno.
Gracias al ascenso, estaba pasando sus últimos días
tan ocupado que sentía como si su cabeza estuviera girando. Mientras que la
feria de invierno era difícilmente un nuevo evento —considerando como tenía
lugar cada año—, la versión de este año era un poco diferente de las
anteriores.
Normalmente, cada división estaba a cargo de
organizar su propia parte del evento por sí mismas, pero órdenes de los
superiores habían dictado que esas barreras serían derribadas, así que este año
Marukawa Shoten inauguraría en un gran festival. A pesar del hecho de que todos
los diferentes géneros envolvían distintos medios y contenidos, todos ellos
saldrían juntos en el mismo evento.
El plan básico, como un punto de comienzo para el
proyecto, era ayudar a introducir a los lectores a nuevos trabajos de géneros
de los cuales nunca antes habrían leído. Yokozawa estuvo de acuerdo en que era
una idea genial, y podía captar la meta final. Si lo lograban, cualquiera sería
capaz de apreciar que era un magnífico y emocionante “festival”.
Pero, de
hecho, ejecutar esta visión requeriría un poco de consideración fuera de su
zona de confort. Inspirar los esfuerzos cooperativos de tantos distintos
autores no era lo más fácil, así que su primer asunto de negocios era hablar
con los diferentes sub-departamentos de ventas y luego convencer a los editores
a cargo de esos departamentos a darles una mano. Cuando recordaba, negociar con
las personas definitivamente probaba
ser más engañoso que la parte actual del trabajo.
Marukawa
Shoten estaba hasta el tope con editores que tenían más bien… personalidades peculiares, así que cualquier propuesta
a medias que pusiera delante de ellos seguramente sería rechazada al instante.
Solo pensar en esa posibilidad lo dejaba con una desagradable sensación en la
boca de su estómago.
Pero
gracias a la ayuda de Kirishima, ya se las había arreglado para asegurar la
cooperación de la división de manga shonen —con Japun liderando al grupo—. Accedieron a preparar ilustraciones
originales como premios especiales para la feria junto con los volúmenes
autografiados. Si las cosas seguían así de bien, quizás podrían incluso ser
capaces de montar una sesión de autógrafos con uno de los autores, también.
Yokozawa no podía comenzar a describir cuán agradecido estaba por los esfuerzos
de Kirishima hasta este término.
Sin embargo, para ser justos, él no había forzado a
Kirishima a aceptar su plan a medias. Había hecho y rehecho la propuesta una y
otra vez, recibiendo consejos y críticas, antes de perfeccionarla. En orden de
incrementar las ventas, ellos naturalmente necesitaban aumentar su número de
lectores, y era el trabajo del departamento de ventas hacer su mejor esfuerzo
para llevar a tantas personas como fuera posible a elegir un libro.
Una
mirada a un reporte de ventas podría parecer como nada más que un puñado de
números, pero una vez te recordabas a ti mismo que esos números representaban personas, realmente llegaba a las
emociones. Mientras más difícil el trabajo, más grande el sentimiento de
realización cuando todo estaba terminado, y mientras que el departamento de
ventas nunca mantenía ningún tipo de contacto directo con los lectores sobre si
les gustaba un trabajo en particular, simplemente mirar los pasillos de una
librería o escuchar un reporte de un empleado le dejaba sintiéndose feliz,
reafirmando el sentimiento de que su trabajo era útil al fin y al cabo.
Cerca de
los talones de la división de manga shounen había estado la revista de manga
shojo Emerald, con la mayoría de sus
requisitos acordados dos días atrás. Discusiones con las divisiones BL, novela
ligera y anime estaban en marcha también, y Yokozawa no vislumbraba futuros
problemas, esperando completamente recibir su eventual acuerdo para ayudar como
había sido requerido.
La única división faltante, aún causándole
aflicción, era la de literatura. Él estaba trabajando para ganar su ayuda a
través de discusiones con el encargado de ventas, pero aún no había recibido
una respuesta positiva en el asunto. Dado que la división de literatura nunca
había trabajado realmente con las divisiones de novela o manga antes, no
parecían tan emocionados de tomar parte en el festival.
Sin un precedente disponible para usar como
predicción de cuán exitosa podría ser la feria, Yokozawa podía entender su
vacilación, lo cual era precisamente por qué él estaba examinando cuál era la
mejor forma de lograr su acuerdo para ayudar.
—Aquí tiene, señor.
Fue sacado de su ensoñación por una taza de café
que fue situada justo a su lado, la cual expelía un adorable aroma de recién
hecho. La galleta incluida con el patillo tenía la forma de un trébol de cuatro
hojas. Añadió de forma generosa un poco de leche, en gran parte en
consideración por su pobre estómago. Él había estado bajo una considerable
carga de estrés últimamente comparada con la de antes, lo cual había ayudado a
que se asentará en su estómago la tendencia a fastidiarlo, pero podía sentir un
inminente apuro asomándose en el horizonte.
Sin
embargo, probablemente solo bloqueaba estresarse por mucho tiempo. Siempre que sentía venir un dolor de cabeza, Kirishima
estaba usualmente ahí para charlar sobre ello y ayudarlo a encontrar una forma
de resolver el problema, y si sentía que comenzaba a irritarse o a frustrarse,
el solo observar a Hiyori jugar con Sorata le dejaba con un sentimiento
agradable.
Estos
pensamientos le hicieron preguntarse si Hiyori se las había arreglado para
concluir exitosamente la muy importante tarea que le había sido requerida hoy:
ella había sido la portadora de los anillos, encargada de llevar los anillos a
la nueva novia y novio. Aparentemente, ella había conseguido un vestido nuevo
solo para la ceremonia y, a causa de la felicidad, había estado en la novena
nube por días.
El sonido de charla alrededor de él parecía crecer
en intensidad, y cuando miró, notó una línea de gente saliendo de una iglesia
en el jardín central, luciendo que su ceremonia había terminado. La novia, ataviada
con un pulcro vestido blanco y acompañada por el novio, que lucía un bello
esmoquin, llevaban una expresión de absoluta alegría.
Se preguntó vanamente si Hiyori algún día dejaría
el nido, por así decirlo, de esa manera. Ella probablemente sería la más
hermosa novia, también… ¿pero Yokozawa estaría ahí para presenciarlo?
Era difícil intentar figurar dónde estaría diez
años en el futuro. Al menos, posiblemente seguría laborando como un esclavo en
el trabajo, y mientras que esperaba seguir trabajando en el departamento de
ventas entonces, no podía predecir lo que decidirían para él en el futuro.
Aunque
aún más turbia era… su vida privada, en gran parte porque él ya estaba llevando una vida que nunca
habría creído posible un solo año
atrás.
Kirishima había sido una de esas personas a las que
él quizás habría saludado si entraban al vestíbulo, pero nada más; el estar
ahora en una relación con él, siendo invitado casi cada fin de semana a la casa
de los Kirishima, siendo más y más cercano a su hija e incluso teniéndolos
cuidando de su gato… era algo que jamás habría imaginado que estaría haciendo,
lo que lo hacía más extraño.
Pero sabiendo que tan feliz normalidad le dejaba
con su buena cuota de preocupaciones, ¿cuánto tiempo podría esto continuar?
¿Cuánto tiempo más podría vivir así? Mientras tenía más fuertes sentimientos de
no querer perder lo que tenía, más agobiantes se volvían esas preocupaciones.
Mientras más brillante la luz del sol se derramaba
sobre él… más oscuras se volvían las sombras.
Perdido en sus propios pensamientos, no había
notado una capa de cóctel siendo silenciosamente colocada frente a él. Era una
copa con largo tallo llena con un líquido gradiente azul, que esfervecía con
pequeñas burbujas.
—… Umm,
yo no ordené esto… (?)— No recordaba haber ordenado semejante bebida; su taza
de café estaba casi vacía, pero dudaba mucho que un cóctel contara como repuesto para su café.
Supuso que le camarero solo le había entregado
erróneamente la orden de otro cliente, pero el bartender respondió simplemente
a su confundida expresión con una ligera sonrisa, extendiendo una mano hacia
los sofás a lo largo de la ventana.
—Es por parte de ese cliente.
—¿Huh…? —Convencido de que algo que sonaba como
sacado de un programa de televisión jamás le pasaría a alguien como él, dudó en
mirar en la dirección que el bartender había apuntado, y ahí, sentados a lo
largo de la pared aventanada estaban Kirishima y Hiyori, la cual ondulaba el
brazo haciéndole señas.
—¿Qué
de…? —Parecía que el cóctel no había sido nada más que la broma del par. A
pesar de haber tenido su atención concentrada en el vestíbulo, no los había
notada entrar. Llamó con una seña a un mesero que pasaba y le pidió llevar la
copa de regreso, entonces deslizó su planificador de vuelta a su maletín y se
dirigió hacia los Kirishima.
—¿Qué
demonios fue eso? Si estabas aquí, ¡debiste solo decirlo!
—Siempre
había querido intentarlo. ¿Sorprendido, eh? —Su expresión era como la de un
niño encantado de haber gastado una broma. Este era Kirishima Zen, editor en
jefe de Japun mensual, padre soltero,
y amante de Yokozawa. Principal creador de éxitos para su compañía y amado por
sus subordinados, era un padre cariñoso en su vida privada, y, a pesar de haber
perdido a su esposa por la enfermedad, se las había arreglado para criar a su
hija remarcablemente bien.
Sin embargo, naturalmente, su relación era un
secreto no solo para Hiyori sino para todos sus amigos y compañeros de trabajo
también. Habían estado saliendo alrededor de seis meses por el momento, y en
ocasiones parecía que habían pasado eras, mientras que en otras ocasiones
parecía como si esos seis meses hubieran pasado como un relámpago.
Kirishima, en cierta manera, había jugado sucio con
Yokozawa, e inicialmente, Yokozawa lo había visto como nada más que un hombre
molesto que obtenía placer al molestarlo en contra de su voluntad, pero ahora,
veía el compartir sus días juntos como un don, perfectamente natural.
Comprometido en su trabajo y firme tanto consigo
mismo como con los otros, en su vida privada Kirishima no era nada más que un
padre a quien le gustaba gastar una broma ocasional y un muy inepto con sus
dedos.
—Por
favor, ¿qué estabas pensando al
mandarme algo como eso? ¡No sería capaz de llevarlos a los dos a casa!
—Nah, está bien; era no alcohólica.
Él y Kirishima nunca antes habían sido,
particularmente, cercanos, pero al compartir una bebida juntos una noche
lluviosa la distancia entre ellos se había acortado. Yokozawa había sido
arrastrado a más bebidas después de eso, incluso, eventualmente, fue invitado a
la casa de Kirishima, donde había conocido a su hija, Hiyori.
Una inteligente y extrovertida chica; ella no había
resultado perturbada en absoluto por el muy intimidante semblante de Yokozawa, en
lugar de ello le aceptó. Su naturaleza honesta y directa era prueba del
maravilloso trabajo que Kirishima había hecho al criarla.
Pero Yokozawa había aprendido que Kirishima era un
ocioso cerca de su hija y completamente irremediable en la cocina, y cosas como
esta brecha entre su habilidad en la oficina y su falta en casa, habían causado
que Yokozawa se interesara más y más en Kirishima con cada nueva faceta del
hombre a la que era presentado, hasta que casi sin darse cuenta, se había visto
completamente cautivado por él.
El solo estar con Kirishima le había ayudado a
Yokozawa a reconocer como, todavía, todas las emociones que no notaba estaban
encerradas dentro de sí mismo. Quien le enseñó que estar enamorado de alguien
podría ser más que solo dolor… fue
Kirishima.
—¡Ooh, mira, mira! ¡Tengo una sin alcohol también!
—El cóctel que Hiyori cuidaba tenía un pálido color rosa flotando en el fondo y
estaba adornado con una cereza. Obviamente estaba disfrutando su oportunidad de
compartir en esta atmósfera adulta en la que, normalmente, no habría podido
acudir.
—Ah, eso me recuerda, ¿cómo fueron tus obligaciones
como portadora de anillos? ¿Tuviste problemas?
—¡Nop! Estaba un poco nerviosa, ¡pero me las
arreglé para hacerlo! ¡La novia estaba taaaaan hermosa!
—Sí, fue una linda ceremonia. Aunque puede que haya
sincronizado con el padre de la novia ahí por un momento.
—¿Seguro que no fue solo un simpático sollozo?
—De ninguna manera. Y me aseguré de captar la
galante figura de Hiyo, así que te mostraré el video luego —Agitó su celular
para mostrarlo—. No te burles de mí si tengo una extraña apariencia en el
rostro, ¿está bien?
—Jamás haría eso. Por cierto, tu vestido es
realmente lindo. Te queda.
—¿¿En serio?? ¡Gracias!
Luciendo como si hubiera sido hecho para combinar
con el de la novia, el vestido de Hiyori era blanco con un lustroso brillo y
una cinta azul agua ceñida a la cintura, bastante impactante, con mangas
abullonadas y falda a la altura de la rodilla, y el dobladillo y los puños
estaban decorados con un encaje de delicadas flores… Lucía como si fuera una
princesa que acabara de salir de las páginas de un libro de cuentos.
Se veía como si su maquillaje y cabello hubieran
sido arreglados por un estilista profesional, su cabello había sido recogido en
pequeños chongos y decorado con flores de fantasía, y tenía una brillante capa
de maquillaje cubriendo sus facciones. Todo esto trabajaba en armonía para
hacerla lucir un poco mayor de lo que en realidad era.
Aún y
cuando solamente habían pasado seis meses desde la primera vez que la vio, el
crecimiento de la niña era evidente. Las niñas de la edad de Hiyori en
particular tendían a ser más abiertas de mente de lo que parecían, y cuando
Yokozawa intentó recordar cómo se había comportado cuando él estuvo en quinto grado, supo que no había sido tan maduro como
Hiyori.
—¡El ramo
estaba muy bonito también, y el pastel de bodas era adorable! ¡Casi parecía un
desperdicio cortarlo! ¡Ooh, y ella se cambió el vestido por un kimono también…
y era tan lindo!
Hiyori parecía incapaz de contener su emoción al
asistir a su primer evento glamuroso. Las bodas están llenas por completo de
todo tipo de cosas con las que las niñas pequeñas sueñan.
—Ella ha
estado así todo el día —explicó Kirishima—. Hey, no quiero escuchar ningún “Ooh, no puedo esperar a casarme~” de ti,
señorita.
—No estoy segura de casarme, pero de verdad quiero
usar un kimono…
—Sí,
supongo que la última vez que usaste uno debió haber sido tu festival Shichigosan,
¿eh? Entonces, ¿qué tal usar uno para hatsumoude en Año Nuevo?
—¿¿Podemos??
—Seguro; y ya que estamos en ello, quizás Yokozawa
y yo también usemos uno.
—¿Qué?
Ustedes dos pueden vestirse si quieren, pero déjenme fuera de eso.
—Aww, ¡pero apuesto a que te verías realmente bien
en un hakama, Oniichan!
—Coincido.
—Estaré muy bien solo tomando fotos —. Luchó por
cambiar el tema de conversación, removiendo la atención de él. —Suficiente de
kimonos, cuéntame más sobre la boda. ¿No pasó nada más?
—Mmm… ¡oh cierto! ¡Había un tonelaaaaaada de
personas diciéndole a papá cuán bien se veía! —Dijo como si esto fuera el
chisme más jugoso, obviamente emocionada, pues tenía la oportunidad de elogiar
a su padre.
Aun sin verlo en persona, Yokozawa podía fácilmente
imaginar a Kirishima recibiendo cumplidos. Con su fantástica constitución, impactaba
con su atractiva figura cuando se arreglaba, y hoy estaba ataviado con un traje
son una tela lustrosa y mocasines de cuero, un pañuelo colgaba de su del
bolsillo de su chaqueta y usaba una corbata con un pequeño broche en el cuello.
Dado que difícilmente alguna vez usaba corbatas,
Kirishima lucía un poco incómodo, pero él tendía a trazar miradas cuando la
aflojaba. Cada año en las fiestas de la oficina, atraía siempre una multitud,
sin falta, así que era difícil sorprenderse de que destacara en el evento de
hoy.
—Vamos, Hiyo, no necesitas hablar de ese tipo de
cosas.
¿Eh? ¿Por
qué no? ¡Ooh, ya entiendo! ¡Estás avergonzado!,
¿verdad, papa? —Su encerada expresión lucía un poco incómoda por el raro asalto
de diversión de su hija, y Yokozawa supuso que Kirishima quizás se sintiera
avergonzado de escucharla hablar de él de esa manera. —¡Debiste haberlo visto!
Todas las mujeres estaban rodeándolo, ¡era un caos! ¡Estaba impresionada de
cuán popular era! Pero él luce muy bien con una corbata, ¿no crees, Oniichan?
—¿Huh? Oh…mm, sí. —Sus ojos nadaron al tener la
conversación cambiado abruptamente de esta manera, y mientras intentaba solo
ofrecer su consentimiento casual, su voz se quebró, con el tono yendo un poco
al falsete —(Nota: el falsete es una técnica utilizada por los cantantes, y su
principal característica es el cambio de tono y timbre normal de la voz, ya sea
más agudo o más grave) —.
Era tal su suerte que Kirishima salió con esto:
—Ey, ¿qué fue esa vacilación?
—No es…
nada, nada. —La última cosa que quiso fue que Kirishima se diera cuenta que se
había quedado un poco perdido mirándolo. Probablemente él ya sabía, pero al menos, Yokozawa no tenía la intención de
reconocerlo.
—Oh, nada, ¿no es así?
—… —En un intento de esconder su malestar de la
maliciosa mirada de Kirishima, alcanzó su intocada copa de cóctel. No era tan
dulce como había temido que pudiera ser, y en cambio, la refrescante esencia
cítrica flotaba dentro de su nariz.
Pero
mientras Hiyori había estado charlando alegremente sobre su experiencia hasta
este punto, su expresión se agrió un poco aquí, como si acabara de recordar
algo desagradable. —Pero… En verdad no me gustó como todas las señoras seguían
preguntando ¿no quieres una nueva
mami?...
Yokozawa se sobresaltó ante sus palabras, dichas
como si hinchara sus mejillas en irritación. —¿Huh?
Aparentemente, Kirishima había sido instado a
casarse de nuevo por algunos de sus parientes. Había pensado que era extraño
que Kirishima no hubiera tomado ventaja como usualmente lo hacía, ya que Hiyori
había estado elogiándolo más de una milla, y ahora entendía por qué.
Aun con una hija, Kirishima era un buen premio que
pescar mientras no estuviera casado; él tenía un impresionante trabajo como
editor en jefe de una las más representativas revistas para una famosa casa
editorial, y no era difícil de ver tampoco. Su hija era tierna y cortés y
brillante también. Difícilmente era sorprendente que sus parientes hubieran
visto la recepción de la boda como una oportunidad para hacer algunas
presentaciones
—Y… ¿cómo reaccionaste a eso? —le preguntó
casualmente, luchando por no revelar su malestar.
—Les dije que tengo a mi papá, así que no quería a
nadie más. Y la abuela y el abuelo son muy amables, ¡además te tengo a ti y a
Sora-chan! ¿Y no sería algo raro pedirle a papá una nueva mamá solo porque
quisiera una? —Se giró hacia Yokozawa con una suplicante expresión buscando su
consentimiento. Sonaba como si la familia hubiera procurado usar a Hiyori como
una manera de estimular a Kirishima, cuando él mismo había parecido reacio a
discutir sobre volverse a casar.
—¿Y… ellas aceptaron eso? —Yokozawa tenía el
sentimiento de que los parientes particularmente ruidosos no serían ahuyentados
tan fácilmente.
—Bueno, ellas eran un poco persistentes, pero les
dije que tenía cosas más importantes para preocuparme ahora mismo, y que quería
hacerlo bien por ello. Ellas parecieron entender eso, ¿verdad, Hiyo?
—¡Síp!
Luego de
intercambiar una sonrisa con Hiyori, Kirishima rodó su mirada para encontrar la
de Yokozawa, y este sintió un silencioso escalofrío recorrer su cuerpo ante la
sugestiva mirada en esos ojos. Esas últimas palabras de ahora… no habían sido
solo para Hiyori, habían estado dirigidas a él
también, y al darse cuenta de esto, Yokozawa sintió que sus mejillas comenzaban
a calentarse lentamente con un rubor.
Intentó
esconder su vergüenza tomando el resto de su cóctel en un solo trago; una cosa
era escuchar decir esas cosas en privado, cuando solo estaban ellos dos… pero realmente deseaba que Kirishima parara
de causarle semejantes problemas cuando Hiyori
estaba cerca. Yokozawa nunca había sido eficiente en mantener un rostro
inexpresivo, después de todo.
—Bueno, Sorata nos está esperando, así que,
¿deberíamos volver?
—Sí, vayamos a casa. Hiyo luce agotada.
—¡Ey, todavía estoy bien despierta! —No parecía
darse cuenta por sí misma, pero su expresión decía que estaba a pocos momentos
de cabecear. Por como lucían las cosas, su batería estaba a punto de agotarse.
—Solo
estás corriendo en humos; no quiero escuchar ningún quejido por un regreso a
caballito si te quedas dormida en el camino a casa, ¿entiendes?
—Sssh,
¡ya no soy tan niña! —infló sus
mejillas en irritación ante la burla de Kirishima, y los dos adultos tomaron
con afectuosas expresiones este adorable gesto.
Continuará…
Poooor fiiin!!! *---*!!! senti que me volvería loca si no sabia algo mas de estos dos xD
ResponderEliminarlo Amé!!! de Verdad! *u*/! MUCHAS GRACIAS!!!
ResponderEliminarcuidense!
Nos Leemos! ^^
Omg! Omg!!! Thank you!!!!
ResponderEliminarGracias. gracias!!!! por traducir la novela, esperare con ancias el siguiente capitulo. Amo a esta paraje *o* <3
ResponderEliminarMil gracias a todos (as) por el trabajo, me encantan tus traducciones Necromoon y espero ansiosa la continuación
ResponderEliminarLo habia esperado con muchas ansias >///<
ResponderEliminarComo adoro a yokozawa *¬* ♥ muchas gracias por este nuevo capitulo ♥