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7/04/2013

Actualizacion Sorpresa N°3 :Yokozawa Takafumi no Baai 4


 Hello Minna!!!

Un dia mas y una parte mas de la novela de Yokozawa ♥♥
Bueno aqui esta disfruten de ella.

Psdata: Cuando sea traducida toda la novela contaran con el link de descarga :3


Tipo: Novela
Titulo: Yokozawa Takafumi no Baai 4
Series: 
Sekai-ichi Hatsukoi
Author/Circle: Nakamura Shungiku, Fujisaki Miyako
Rating: PG
Language: Spanish
Traduccion: NECROMOON
FANSUB: Yaoi no Utsukushi Sekai


 Nota Personal : ♥♥♥
Kyaaa y ya entramos al capitulo 7 *Q* 
*emocionada*




Capítulo 7

Yokozawa miró a hurtadillas dentro del oscurecido cuarto de Hiyori, avanzando hacia su cabecera con la luz entrante del vestíbulo. Encendiendo la luz junto a su almohada con un suave “click”, cuidadosamente examinó su palidez; sus mejillas que habían estado bastante enrojecidas habían vuelto a su usual rosa pálido, y lucía leguas más sana de lo que había estado. Incluso su respiración ahora mientras dormía, previamente pesada y jadeosa, se había calmado en comparación con su estado de más temprano esa tarde. Por la apariencia de las cosas, era claro que al fin se había recuperado, y Yokozawa sintió una ola de alivio romper contra él.
         Gentilmente desprendió el paño húmedo de su frente y tiró del futon, el cual había comenzado a resbalarse de su cuerpo, arriba alrededor de sus hombros. Sorata, quien se había acurrucado al pie de la cama, levantó sus patas para hacer su propia inspección.
         “Ella está durmiendo bien ahora, así que no te atrevas a despertarla.” Aparentemente ella había caminado a casa bajo una repentina lluvia que azotó la tarde del viernes y había terminado atrapando en resfriado de verano. El verano este año había sido absolutamente sofocante, pero Hiyo no había parecido afectada al final—y aún tan pronto como las vacaciones de verano terminaron, fue como si todo el agotamiento que había estado acumulándose dentro de ella la golpeara en una sola arremetida.
         Él había escuchado que ella había tenido fiebre bastante a menudo cuando era pequeña, pero esta era la primera vez que Yokozawa la había visto enferma en cama de esta manera desde que había comenzado a ir al apartamento de Kirishima. Había estado fuera de su mente con preocupación, pero el médico le había asegurado que si ellos solo se aseguraban de que se nutriera bien y descansara, estaría como nueva en poco tiempo.
         Su escuela iba a tener una sesión al aire libre después al final del mes, y ella había estado supuesta a pasar la noche ese día con algunos amigos del mismo salón para practicar la preparación del curry que iban a cocinar durante la sesión al aire libre, pero ahora había sido reprogramada para el siguiente fin de semana. Hiyori se había pasado el mes con emoción y parecía tener el corazón roto al no ser capaz de aprovechar la noche, pero necesitaba recuperar su fuerza primero. Si se exigía a sí misma demasiado y terminaba siendo incapaz de asistir a la sesión al aire libre, eso habría sido simplemente intolerable.
         “Sorata—no te sientes ahí, estás aplastándola.” El gato había colocado sus patas contra sus hombros para mirar su rostro. Originalmente, Sorata había sido su mascota, pero después de tener a Kirishima viendo por él mientras no se estaba sintiendo bien, el gato había terminado haciendo este lugar su nuevo hogar. Yokozawa había vacilado por arrastrar a Sorata a su propia casa, viendo cuán bien él y Hiyori se estaban llevando, y antes de que lo supiera, el que Sorata viviera aquí era casi un hecho.
         Ayudó que ambos Kirishima y Hiyori le aseguraran que estaba bien que Sorata se quedara aquí para siempre, incluso, adulando al gato—y Sorata tenía que estar disfrutando más en su nueva morada, sin ser dejado solo por largos periodos de tiempo como había sido en la casa de Yokozawa.
         Sin embargo, no podía dejar al animal molestar a Hiyori ahora que su condición por fin se había estabilizado, y recogió a Sorata en sus brazos para llevarlo de vuelta a la sala—en tal punto, Hiyori lo sintió y abrió sus ojos. “¿Oniichan…?”
         “Ah, perdón—supongo que te desperté. ¿Fui muy ruidoso?”
         Ella sacudió su cabeza lentamente, sus ojos reflejaban su estado de recién despierta. “No… creo que es porque estaba sedienta.” No estaba tosiendo más, pero su garganta sonaba un poco enronquecida.
         “¿Entonces qué tal una bebida? ¿Puedes levantarte por ti misma?”
         “Sí.” Sorata, siendo colocado abajo sobre la cama por Yokozawa, de nuevo tomó su lugar al lado de Hiyori, y Yokozawa tomó su asiento en una silla al lado de la cama, ayudando a Hiyori a sentarse.
         “Está bien, ahora toma tu tiempo para beber.”
         “Gracias.” Le pasó a Hiyori una suave bebida deportiva después de que se colocara a sí misma en una posición sentada. En efecto, ella debía haber estado sedienta, al momento en que el popote tocó sus labios, ella había vaciado la mitad del contenido en un solo sorbo.
         Le agradaba llamarlo Oniichan,  pero de ninguna manera eran hermanos relacionados sanguíneamente como el término sugería; ella era, de hecho, la hija de la pareja de Yokozawa. Entre ser invitado a su casa y a cenar, e incluso tenerla cuidando a su gato enfermo—en algún punto del camino habían acercado bastante, y ambos, él y Sorata disfrutaban una casi relación familiar con ella ahora. “¿Cómo te estás sintiendo?”
         “No me siento mal al menos, y mi cabeza no duele ahora.” Ella había perdido mucho de su apetito debido a que el resfriado la había dejado de mal humor, así que hoy no había estado teniendo mucha comida sólida del todo. Se las había arreglado para tomar tres buenas bocanadas de la papilla de vegetales que Yokozawa había preparado, eso era todo lo que ella había parecido capaz de soportar.
         “No tienes hambre, ¿no?”
         Ella sacudió gentilmente su cabeza ante su pregunta. “Tuve un poco de gelatina más temprano, así que no tengo hambre.” Yokozawa recordó ahora a Kirishima mencionando temprano que le había dado un poco de gelatina cuando había despertado.
         Ahora se había vuelto algo tradición para Yokozawa el ir directo al apartamento de Kirishima cada viernes después del trabajo, y escoger obsequios para Hiyori cada semana era algo a lo que Yokozawa había encontrado placer. Esta semana, él le había traído gelatina con trozos de frutal real dentro de un famoso puesto; él había vacilado entre la gelatina y los rollos de pastel, pero ahora estaba agradecido de haber ido al final con el más refrescante de los dos.
         “¿Cómo está tu fiebre? ¿Te sientes con temperatura?” Cuando colocó su mano gentilmente contra su frente, él pudo decir que su fiebre había bajado un poco. A este ritmo, ella estaría de vuelta tan bien como nueva para mañana temprano.
         “Ya no mucho. Pero tus manos están frías, Oniichan—¡Se sienten bien!”
         “¿Eso piensas?”
         “Hehe, y las patas de Sora-chan son suaves y se sienten bien también.”, ella rió, gentilmente apretando las patas delanteras de Sorata que estaba sentado encima de su regazo.
         “Voy a tomar tu temperatura, solo para estar seguro. ¿Te importa?” Deslizó el termómetro dentro de su oído y presionó el botón, saludado momentos después por un suave sonido. “36.8, huh. Está bajando un poco; a este ritmo, estarás bien como nueva para mañana, lo apuesto. Probablemente estás aburrida estar enferma en cama de esta manera, pero es solo por un poco más.”
         “Sí señor~”
         Los ojos de Yokozawa se arrugaron con alegría, y palmeó su cabeza ante la cortés respuesta. Mientras que Hiyori ciertamente se comportaba más madura de lo que su edad sugería, también podía mostrar un lado bastante infantil en ocasiones. Quizás porque había estado sintiendo bajo el clima, hoy estaba siendo un poco más necesitada de lo usual.
         “…Hey, Oniichan—¿Dónde está papá?”
         “Él estaba aquí hace no mucho tiempo—pero ahora está en el baño. ¿Quieres que lo traiga para ti?”
         “Nah; te tengo a ti y a Sora-chan aquí, así que estoy bien. ¿Te quedarías conmigo un poco más...?”
         Yokozawa sintió una sonrisa inconsciente sacudiéndose en sus labios al momento en que ella lo miró con sus ojos abiertos, dejándolo preguntarse si este sentimiento era lo que querían describir con la frase “la niña de los ojos de alguien.”. “No te inquietes; me quedaré justo aquí hasta que te duermas.”
         “Gracias, Oniichan—Sora-chan.”
         “Ahora descansa un poco y recupera tu fuerza.”
         “Está bien.” Se recostó de nuevo, y Yokozawa tiró las mantas hacia arriba alrededor de ella de nuevo, bajando la luz un poco. Sin embargo, el solo sentarse silenciosamente al lado de Hiyori lo dejó sintiéndose un poco aburrido, y ofreció, “…¿Quieres que te lea un libro?”
         “…Onniichan, ¿no es eso algo un poco más apropiado para niños más jóvenes?”
         “…Bueno, ahora que lo mencionas, supongo.” Cuando se detuvo a pensar sobre ello, se dio cuenta que los quintos grados era un poco grandes para leerles libros, y se ruborizó en vergüenza cuando Hiyori le rió suavemente. Hiyori era la única niña de su edad que Yokozawa conocía, así que a menudo se encontraba perdido a sí mismo sobre cómo lidiar con ella apropiadamente.
         “Mmm, sabes, pensándolo bien, quizás quiero que me leas algo. ¿Me leerías un libro de imágenes, Oniichan?” ella pinchó, con evidente tono divertido; parecía que no había perdido su vergüenza de anterior señalamiento de lo inapropiado de su sugerencia.
         “No molestes a tus mayores.” Si ella se estaba sintiendo lo suficientemente bien como para bromear alrededor así, pensó, sugería que en efecto lo estaba haciendo un poco mejor. “No te leeré ningún libro—pero te haré lo que quieras para comer mañana. ¿Tienes algún pedido?”
         “Hmm, entonceeeees…. ¡pudín! ¡Quiero probar ese que vimos en televisión el otro día!”
         “¿El otro día?” Él hurgó dentro de sus recuerdos por su descripción. “Oh—¿el que tiene rebanadas de manzana dentro?” Si lo recordó apropiadamente, había sido un pudín horneado relleno de manzanas caramelizadas. Si revisaba el sitio web del programa, probablemente podría encontrar la receta, y comenzó analizando si podría prepararlo con los ingredientes a la mano en el departamento.
         “¿piensas…que será muy difícil de hacer?”
         “Hmm, creo que me las arreglaré de alguna forma. Pero mejor que no escuche un reclamo quejoso de ti si sabe como mierda, ¿entiendes?”
         “¡Pero todo lo que haces es delicioso!”
         “Si eso dices.”
         “¡La carne de hamburguesa que preparaste antes era muy buena también!”
         “Eso es porque ayudaste con ello—tú amasaste la carne y pusiste la salsa, también, ¿recuerdas?” Todo lo que Yokozawa había hecho fue rebanar las cebollas y manejar las partes de la receta que requerían trabajar la estufa; el casi había estado solo observando desde el banquillo.
         “Cocinemos juntos de nuevo, ¿está bien?” Sus palabras salieron como un ligero balbuceo ahora, probablemente porque se estaba cansando, y su pesado parpadeo hizo parecer como si sus parpados pudieran cerrarse en cualquier momento. Su discurso cesó, y un momento después, el cuarto estaba lleno con los sonidos de su leve respiración.
         “…Buenas noches”, ofreció suavemente, rearreglando las mantas una vez más. Reconociendo que tener a Sorata a su lado la protegería de sentirse sola cuando despertara, se rindió de tratar de retirar al gato del cuarto. “Cuídala, ¿lo harás?”
         Silenciosamente se incorporó, siendo cuidadoso de no hacer un sonido, y salió del cuarto. Tan pronto se paró fuera en el vestíbulo, encontró que Kirishima había venido a revisar a su hija. Yokozawa lo había animado a relajarse mientras tomaba su baño, pero parecía que solo había saltado dentro y rápidamente salido. “¿Cómo está?”
         “Su fiebre bajó, y se está sintiendo mucho mejor. Justo se fue a dormir, consideró, así mantén baja la voz.”
         “Ya veo…” Él miró dentro a través de la abertura de la puerta para revisar sus rasgos antes de cerrarla silenciosamente de nuevo. Este era Kirishima Zen, en funciones Editor en jefe de la Shoten Marukawa revista mensual Japun. Él era el líder creador de éxitos en la compañía entera, bien respetado por todos sus subordinados. En privado, era un padre cariñoso para su hija, y a pesar de haber perdido a su esposa por enfermedad algunos años antes, él había educado a Hiyori en una niña fina. “Aún, han sido años desde que atrapó una fiebre—realmente me tomó con la guardia baja.”
         “¿En serio? Parecías perfectamente calmado para mí.”
         “Bueno, difícilmente puedo dejarme caer a pedazos en frente de Hiyo. Solo estoy agradecido que fuera solo un resfriado—algunas personas pueden pescar la gripe en verano, después de todo.” La pequeña clemencia con todo el asunto había sido el hecho de que había caído enferma en fin de semana; gracias a eso, habían sido capaces de cuidarla sin distracciones, a su lado constantemente. “Gracias, en verdad. Por todo. Realmente ayudó, tenerte aquí. Probablemente no habría podido manejarlo todo yo mismo.”
         “Solo devuelvo el favor; me ayudaste con Sorata, ¿recuerdas?” Yokozawa estaba seguro que incluso si no hubiera estado ahí, Kirishima habría siempre buscado ayuda de sus padres, quienes vivían justo a la vuelta de la esquina; pero… aún lo llenaba con una creciente felicidad el saber que había sido él de quien dependió Kirishima.
         “Sí, pero…aun así, gracias.”
         “…Bueno, ¿por cuánto tiempo te vas a parar alrededor de aquí? No queremos despertar a Hiyo.” Él sabía que debió solo haber ofrecido un de nada, pero mostrar tan honesta gratitud era de alguna forma extrañamente vergonzosa. Podía sentir a Kirishima sonriéndole detrás, pero sabía que si se daba la vuelta para confirmarlo, revelaría su propia expresión, y por lo tanto se mantuvo de espaldas al hombre, yendo directo a la cocina.
         Había sido una noche borrascosa la cual había repentinamente traído juntos a Kirishima y Yokozawa, quien nunca antes había tratado más de unas palabras fuera de las reuniones. Con el corazón roto y desesperado por alguna salida de emociones reprimidas dentro de él, Yokozawa había intentado perderse a sí mismo en botellas de licor cuando Kirishima se había aproximado. A pesar de casi nunca compartir más que el ocasional saludo en la oficina, Kirishima había forzado al borracho Yokozawa a concederle un asiento junto a él y probó ser un interlocutor bastante irritante—y cuando Yokozawa había recuperado sus sentidos, se encontró a sí mismo compartiendo un cuarto de hotel con el hombre. Se había sorprendido bastante con encontrarse durmiendo desnudo—pero su corazón casi se había detenido en su pecho cuando Kirishima había salido del baño, fresco de una ducha.
         Desde entonces, había pasado más que unas cuantas aventuras—pero quizás lo más sorprendente de todo había sido encontrarse a sí mismo comenzando una relación con Kirishima. Ciertamente, era aún tipo difícil creer que se había encontrado a sí mismo tan íntimamente involucrado con alguien con quien previamente casi nunca había interactuado en la oficina.
         Resto asegurado, pensó, que su sentido de la incredibilidad no era sacado de algún sentido de malestar en sus sentimientos por el otro o ningún tipo de desconfianza—era simple… que lo hizo pensar algunas veces que la situación entera era como sacada de un sueño, y la incapacidad de Yokozawa para sacudirse ese sentimiento era probablemente porque justo ahora tan endemoniadamente feliz.
         Su tiempo pasado en la casa de Kirishima era relajado y agradable; su única hija, probablemente en una edad difícil, lo había acogido bastante afectuosamente, y ellos lo habían tratado como un miembro de su propia familia. Era ciertamente una vida de ensueño.
         Y quizás eso era porque aún ocasionalmente se encontraba siendo atrapado con la guardia baja por las palabras y acciones de Kirishima; este tipo de vida se había vuelto normal, esperándolo ahora, quizás mejor descrito como algo de una ‘ganancia inesperada’, un golpe de suerte.
         El tiró para abrir la puerta del refrigerador, revisando si tenía o no los ingredientes para el pudín que Hiyori había pedido, cuando sintió a alguien acercarse detrás de él, negándose a retirarse para dejarle cualquier cuarto y despertando sentimientos de irritación. “Realmente no tenías que seguirme todo el camino hasta aquí, sabes.”
         “Solo vine a conseguir una bebida, eso es todo, qué, ¿eres así de sensible a mi presencia?”
         “De-demonios no.”
         “Sí claro.” Una conocida sonrisa lasciva esparciéndose sobre sus atractivos rasgos, Kirishima rozó a Yokozawa al buscar dentro del refrigerador y tomó una botella de té oolong. En sí misma la cocina era de hecho muy grande, pero con dos hombres empujando 180 cm en altura parados junto al otro, el espacio se sentía algo estrecho. “¿Qué estás haciendo?”
         “Hiyo dijo que quería comer un poco de pudín, así que vine a revisar los ingredientes.”
         “Tu pudín es su comida favorita ahora, sabes.”
         “El pudín es por mucho loa comida favorita de cualquier niño. Ella dijo que quería algunas rebanadas de manzana dentro, ¿quedan algunas?”
         “Suficientes; de hecho intenté pelar una yo mismo temprano, pero geez(Nota:representa un suspiro pesado)—apestó en ello; difícilmente quedó alguna cuando terminé.”
         “Oi—¿qué demonios estabas pensando? ¿Qué si te hubieras lastimado?” El hombre podía difícilmente empuñar un cuchillo apropiadamente; tenía que estar fuera de cordura.
         Realmente deseaba que Kirishima intentara cosas como esas cuando pudiera monitorearlo.
         “¿Oh? ¿Preocupándote por mí?” Sus labios arquearon una sonrisa divertida, dejando a Yokozawa darse cuenta de su error en fraseo.
         “Demonios no—si jodes tu mano, va a venir a morderme en la oficina. ¡La fuerza de ventas es quien tendrá que recoger la escasez por que no saques libros en un ritmo apropiado!”
         “Clásica respuesta tsundere, justo aquí.” La vista de los hombros de Kirishima sacudiéndose con carcajadas reprimidas provocó más la irritación de Yokozawa.
         “E-eso no es lo que yo…”
         “Está bien, está bien—te daré un descanso. Así que—¿cuáles son tus planes para mañana?”
         Teniendo a Kirishima aplicando cualquier interpretación que le satisfaciera con un demonio de las palabras de Yokozawa, lo dejó con un poco de indigestión, pero él sabía muy bien que no había manera en que pudiera ganar contra el hombre así. Él había aprendido muy bien los seis pasados meses o eso que era mejor no unirse a cualquier pelea que sabía no podría tener esperanzas de ganar para empezar. “Nada en particular; con Hiyo así, probablemente es mejor que no salgamos de compras.” Ellos habían discutido salir fuera el sábado para tomar todo lo que ella necesitaría para la sesión al aire libre, pero no era una muy buena idea probar su suerte cuando ella se había justo recuperado de una enfermedad.
         Los fines de semana sin planes en particular estaban en gran estadía en la casa de Kirishima estos días. Algunas veces salieron como un trio, y otras veces Hiyori saldría a jugar con sus amigos y el par iría de compras por sí mismos; aún otras ocasiones, ellos simplemente se sentarían alrededor de la casa todo el día.
         “Cierto; no podemos tener su resfriado de vuelta, después de todo. Podría ser una buena excusa para limpiar el DVR, entonces.”
         “Realmente hoy ella no comió mucho de nada, así que tengo que asegurarme de preparar alfo lindo y nutritivo, ¿qué hay de ti? ¿Algo que quieras comer? Lo que me recuerda, estoy hambriento… Quizás haré un bocadillo nocturno.”
         Yokozawa había hecho temprano papilla de vegetales para Hiyori, quien no había tenido mucho apetito, y él y Kirishima habían disfrutado eso para cenar—pero como se esperaba, no había sido suficiente para satisfacer completamente.
         “Como una cuestión de hecho…hay algo que quiero. Pero voy a aguantarme por ahora.”
         “¿Por qué demonios harías eso? Qué—¿preocupado por tu cintura?” Recordó aquí que Kirishima se había estado quejando unos días antes por ganar demasiado peso, y mientras Yokozawa no podía decir dónde había puesto cualquier libra, si donde fuera, supuso que Kirishima estaba en una edad donde ese tipo de cosas le afectaban.
         “…Dios, realmente eres torpe”, murmuró Kirishima una mirada se ató a sus palabras. “No estás jugando al tonto a propósito, ¿verdad?”
         Las cejas de Yokozawa se arquearon juntas ante la insinuación. “¿Jugando al tonto sobre qué?”
         “…¿Realmente no entiendes lo que estoy diciendo?”
         “¿Diciendo sobre qué, demonios?” él presionó de nuevo, la irritación creció cuando Kirishima se negó a darle una respuesta directa.
         “Estoy hablando sobre ti, idiota.”
         “¿Yo?” Él no podía conectar su respuesta con la pregunta inicial de ninguna manera, y analizó con su mirada fija sobre Kirishima, la confusión era evidente en sus rasgos.
         “…Si aún no lo entiendes ahora, entonces supongo que eso significa que no estás jugando al adorable cabeza hueca, ¿huh? Qué tal si lo pongo de esta manera: Te quiero”(Nota:se refiere a deseo no a sentimiento).
         “¡¿……..?!” El corazón de Yokozawa tomó un golpe directo de las palabras lanzadas como una bomba ante él. Reflexionando de nuevo sobre su conversación, la insinuación de Kirishima había estado lejos de la sutileza—y Yokozawa no podía negar el hecho de que él era, en efecto, bastante torpe.
         En verdad me encantaría que empezaras a ser capaz de leer entre líneas un poco mejor… Estás arruinando mi estrategia aquí.”
         “Tú…no necesitas ninguna estúpida estrategia.
         “¿Es esa tu manera de decir ‘solo ven y tenme’, entonces?”
         “Sabes que eso no es lo que yo estoy—hng.” Kirishima lo tomó por la barbilla y paseó un pulgar sobre sus labios sugestivamente. Una sacudida saltó su espalda, y Yokozawa tomó un salto hacia atrás.
         “Geez, no tienes que reaccionar así—no voy solo a saltarte.” Con un rastro de coqueteo en su fija mirada sobre Yokozawa, el vació el resto de su té oolong en un sorbo antes de pasearse fuera de la cocina.
         “Qué…” Yokozawa sintió un destello de irritación crecer dentro—¿qué pasaba con esa actitud después de tener la voluntad de sacar a alguien de quicio en la forma en que lo había hecho? —pero él sabía que si protestaba la salida en cualquier manera, solo estaría alimentando el fuego de Kirishima. Además, con Hiyori enferma en cama con una fiebre, no podían permitirse perturbarla.
         Él aún podía sentir los dedos de Kirishima en sus labios—pero antes de que se precipitara él mismo en los recuerdos de sus besos, sacudió su cabeza fieramente para dispersar los pensamientos. Sintió un calor familiar amenazando con crecer desde dentro de él, pero se forzó a sí mismo a ignorarlo y en su lugar conducirse a preparar el pudín de Hiyori.

         CONTINUARÁ…

 

4 comentarios:

  1. nyahh gracias me encantó, espero que Hiyo se recupere pronto y cielos Yoko-san yo si vi lo que queria decir Kieishima cuando lo dijo jejeje

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  2. ¿Cuando sacarán la segunda parte?

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