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11/13/2013

Sekaiichi Hatsukoi ! Yokozawa Takafumi no baai - Edicion de Halloween


Tipo: Novela
 Titulo: Yokozawa Takafumi no Baai 4
 Series:  Sekai-ichi Hatsukoi
  Author/Circle: Nakamura Shungiku, Fujisaki Miyako
 Rating: PG
 Language: Spanish
 Traduccion: NECROMOON
FANSUB: Yaoi no Utsukushi Sekai
http://boyslovesekai.blogspot.com/


Link de descarga:
Word:  Mega   / 4Shared
PDF:    Mega  / 4Shared


Psdata: Por favor      utilizen nuestros links .. y es especial la publicidad ya que eso nos ayudara a traerles algunos mangas .


Y Primero *haciendo lo mismo que hizo September ... las Imagenes del AGF*




 y AHORA  !!!!


Unos cuantos segundos después, Yokozawa presionó el botón del intercomunicador; una respuesta vino finalmente:
“—Está abierto, así que entra”.
—Alguien se está volviendo descuidado solo porque su complejo apartamental incluye un sistema de autobloqueo. ¿No puede al menos cerrar la puerta?
Aun si Kirishima hubiera sabido que Yokozawa era quien estaba en la entrada, no podía tolerar que se dejara la puerta frontal abierta. El hombre tenía una hija —él realmente debería ser más cuidadoso con este tipo de cosas—. Afortunadamente, Yokozawa tenía una copia de la llave del apartamento, pero se sentía incómodo usándola mientras los Kirishimas estaban en casa.
Recordándose a sí mismo darle a Kirishima un poco de su opinión con respecto a su seguridad después, Yokozawa caminó hacia el genkan—donde algo apareció de repente con llamativos colores, saltando inmediatamente a su campo de visión.
—¡Truco o trato!
—¡!
Una adorable brujita acababa de lanzarse a sí misma contra él, vestida con un atuendo largo y negro y un sombrero puntiagudo. El color que él había captado antes debió haber sido el revestimiento rosa de dicho atuendo. Indudablemente, ella había estado esperando pacientemente a que Yokozawa entrara—y esto debió haber sido por qué Kirishima había dejado la puerta frontal sin la cerradura puesta.
Hiyori le dirigió a Yokozawa una sinuosa sonrisa luego de haberlo arrastrado exitosamente a su trampa. —¿¿Te atrapé, Oniichan??
—Ciertamente lo hiciste; pero ese traje… Ah, ¿Es tu disfraz para Hallowen?
—¡Sip ¡La abuela le agregó todo tipo de cosas al disfraz que Papá compró para mí! —Ante estas palabras, Yokozawa le dio un segundo vistazo a su vestimenta y se dio cuenta de que varios moños rosas habían sido añadidos aquí y allá sobre todo el traje.
—Adorable; luce genial en ti.
—¿¿En serio?? ¡Gracias a Dios! ¡Yuki-chan y yo nos vamos a encontrar!
—¿Tienes una fiesta en alguna parte?
—Síp, ¡todos en el complejo irán! ¡Y vamos a ir de puerta en puerta también!
Mientras Hiyori estaba explicando, Kirishima salió del interior—con anteojos sobre su nariz que sugerían que había estado a mitad de un buen libro. —Es algo que la Asociación de niños del complejo organizó. Las familias participantes solo cuelgan una señal fuera de su genkan y reparten dulces cuando los niños se acercan.
—Ah sí; recuerdo que mencionaron algo de eso antes. —Él supuso que debía haber sido para lo que era la montaña de dulces dentro de la bolsa de papel en el genkan.
Él nunca habría imaginado tal evento siquiera siendo posible en su propia infancia. Sinceramente, estaba un tanto agradecido de que no hubiera existido; dudaba que hubiera podido lucir bien en algún disfraz, y nunca se había sentido animado a disfrazarse de todos modos.
—Onichan; ¡tomemos fotos juntos luego! Hice una capa para Sora-chan también~.
—Solo esperemos que puedas conseguir que lo tenga puesto.
—¡No te preocupes! Él lo usó bien cuando se lo probamos ayer. Lucía tan adorable con él. ¡Se veía genial! Su disfraz hace juego con el mío y…
—Hiyo, ¿no es ya casi la hora?
         Ante las palabras de Kirishima, Hiyori se detuvo a mitad de lo que pareció ser una larga y apresurada explicación, y revisó la hora antes de que sus ojos se abrieran con sobresalto. —¡Ah, tienes razón! ¡Tengo que ir a encontrarme con Yuki-chan! Bien, ¡Me voy entonces! ¡Te veo luego, Papá!
         —Bien, cuídate.
         Ella agitó el brazo despidiéndose de ambos antes de salir disparada, como ellos la vieron irse. Los niños tenían concedidos permisos especiales para enloquecerse con este tipo de eventos. Yokozawa recordó que el camino de la infancia a la adultez parecía casi interminable a la edad de Hiyori, pero viendo hacia atrás, se daba cuenta cuán verdaderamente breve había sido ese periodo de su vida.
         —¿…? —Él había estado reflexionando serenamente en los tiempos ya pasados, hasta que sintió que alguien lo observaba, y cuando volvió su mirada, encontró a Kirishima fijando su mirada en él. Pero Yokozawa no podría siquiera adivinar por su vida que significaba la expresión que él tenía, y sintió un escalofrío de incomodidad corriendo a través de él. —¿Qué?
         Sin embargo, cauteloso como estaba, la respuesta que recibió fue más bien banal: —…Nah, solo pensé que el cosplay no podría ser tan malo.
         —¿Huh?
                  Pensando que podría haber escuchado mal, se giró para encarar completamente a Kirishima, pero al instante se encontró con otra pregunta pronunciada con una expresión seria. ¿No tienes nada que pudieras haber usado además de un traje?
         —¡Cla-claro que no! Y aun si así fuera, ¡seguro como el infierno que no podría usarlo afuera! —Primero, a él no le atraían ese tipo de cosas, y no planeaba probarlo solo por el bien de Kirishima o de cualquier otro. Liberó un suspiro irritado, anhelando los cálidos sentimientos que le surgían al pensar en Hiyori y en su regreso.
         —Entonces… ¿qué tal un uniforme escolar? Probablemente aún te ajuste el de tu secundaria, ¿no?
         —Se lo regalé a un estudiante de grado inferior, así que se ha ido.
         —¿Entonces quieres usar el mío? Creo que aún está en casa de mis padres. Debería ser una talla perfecta para ti, también.  Sin embargo, creo que una chaqueta no es gran diferencia de un traje, huh…
         —Te dije: ¡No voy a usar nada! —Él no tenía ni la mínima intención de seguirle la corriente a ninguna de las descabelladas ideas de Kirishima.
         Pero las palabras que exclamó, reflejando su creciente irritación con la negación de Kirishima a dejar las cosas en paz, se encontraron con un puchero malhumorado. —No eres divertido.
         Ante este gesto infantil, Yokozawa lanzó una mano y golpeó la frente de Kirishima. —¿Cómo demonios no soy divertido? —¿Qué podría ser divertido sobre tener que vestirse con disfraces? Él no podía ordenar su mente acerca del por qué Kirishima querría que él hiciera eso.
          —Muy bien, no hay otra opción; si tú no lo harás, supongo que tendré que hacerlo.
         . —¡Nadie quiere ver eso! —Cómo, precisamente, eso se había vuelto el siguiente paso lógico en su argumento, Yokozawa no tenía la mínima idea, y mientras que admitiría que estaba un poco curioso de qué estaba planeando ponerse, él sabía que si presionaba por una pista, Kirishima tomaría esto como una clara señal que estaba entrando en el espíritu del momento.
         —Sin embargo, estoy asustado de que no tienes mucha opción cuando se refiere a “truco” o “trato”.
         —¿Huh?
         —Lo que quiero decir es… que tú definitivamente eliges un truco.
         Él frunció sus cejas, confundido, ante la maliciosa sonrisa de Kirishima cuando… —¡GAH! ¡Maldita sea, dije que dejes de pellizcar mi trasero! —Golpeó y alejó la mano que había alcanzado a tocar su trasero, deseando, inútilmente, que Kirishima aprendiera a dejar de hacer eso cuandoquiera que le daba su maldita gana (no era como si él pretendiera ofrecerle permiso, incluso si Kirishima lo pidiera de antemano).
         —¿Así que, entonces, en cualquier otra parte es juego justo?
         —Tú sabes endemoniadamente bien que ese no es el problema. Y, ¡no agarres mis caderas! ¡Estás demasiado cerca, maldita sea, DEMASIADO CERCA! —Él cogió la cabeza e Kirishima y trató de alejarla, casi perdiendo su balance, ante la incómoda posición en que se encontró a sí mismo cuando intentó crear espacio entre sus torsos, mientras que Kirishima mantuvo sus manos firmes alrededor de sus caderas.
         Repentinamente, él recordó que ellos no se habían molestado en cerrar la puerta de nuevo, luego de que Hiyori se había ido—dejando la muy real posibilidad de que los niños pudieran no esperar por una respuesta y solo abrir de pronto la puerta—.
         —¿Por qué razón te estás sonrojando(Nota:aquí podía traducirse como “calentando”) y preocupándote? Hemos hecho cosas peores que esto antes.
         Ante las murmuradas palabras de Kirishima, pensamientos decididamente inapropiados a mitad del día inundaron su mente. — ¡Cállate!
         Pero Kirishima continuó su ataque sobre el frustrado Yokozawa sin parar. —¿Qué pensaste, justo ahora? Vamos, suéltalo.
         —¡………! —No había manera de que, posiblemente, pudiera decirlo, y congeló su voz en su garganta. Él sabía muy bien que el hecho de que se hubiera frustrado tan fácilmente era la verdadera razón por la que Kirishima era capaz de molestarlo de esta manera, pero él simplemente no se las podía arreglar para mantenerse indiferente en tales situaciones. No era tanta la diferencia en edad entre ellos como la diferencia en personalidad.
         —¿Qué tal si adivino?
         —¡Cállate!
         —Ya veo. ¿Entonces preferirías que solo lo actúe?
         —¡Deja de pronunciar respuestas como quieres(Nota: o “cómo se te dé en gana”)!
         —Dado cuán enojado te estás poniendo… Voy a adivinar que lo  recordaste era algo bastante embarazoso…
         —¡N-no era! —Él despreció la manera en que Kirishima estaba mirándolo lascivamente, pero no importaba cómo mirara la situación, estaba en una clara desventaja justo ahora.
         —Así que... Entonces, ¿qué te gustaría que hiciera…? —Kirishima trazó la línea de su garganta con un dedo, levantando su barbilla. La piel de Yokozawa se sacudió con pequeños escalofríos, e instantáneamente cerró sus ojos…
         Pero justo cuando él finalmente se había preparado a sí mismo y tragado saliva torpemente, sintió un peso asentado sobre un hombro, y, lentamente, abrió sus ojos cuando una sensación de temblores le siguió al instante…solo para encontrar a Kirishima con la frente asentada en la línea de su cuello, con los hombros sacudiéndose al reírse.
         —Santo Cielo, nunca te vas a acostumbrar a esto, ¿cierto?
         —¡No te burles de mí! —Yokozawa resopló irritado cuando se volvió aparente que Kirishima no iba a ser capaz de detener sus carcajadas pronto. Apretó su puño, preguntándose cómo iba a manejar esto, cuando el intercomunicador sonó en el momento perfecto. Las animadas voces de los niños que los saludaron sobre el dispositivo no podían pertenecer a nadie más que los “truco o trato” de Hallowen. —Oi… tienes invitados. ¡No los dejes esperando! —Era desafortunado que hubiera perdido su oportunidad de venganza, pero al menos ahora podría finalmente escurrirse del abrazo de Kirishima.
         —Ugh, y justo cuando se estaba poniendo bueno… Supongo que no tengo elección, tendremos que reprogramar. Me conformaré con esto por ahora~.  —¡¡…!! Él solo se dio cuenta de que había sido besado cuando sintió algo frotándose contra su mejilla, y Kirishima se retiró con un guiño mientras, precipitadamente, rozaba su sonrojada mejilla con la palma de su mano.
         —Esperaría ansiosamente por lo que te he conseguido en la tienda para después si fuera tú.
         —¡Cómo si fuera a hacerlo! Justo ahora, vete, ¡geez! —Exclamó,  con el rostro muy sonrojado, cuando Kirishima solo se burló de él.

¡Feliz Halloween!!!!

1 comentario:

  1. Muchas gracias por este nuevo aportes :D
    Me pondré a leerlo ahora mismo ♥

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