K- SIDE: Black & White Capitulo 1 Part G

 K- SIDE: Black & White Capitulo 1 Part G

Tipo: Novela

Titulo:  K – SIDE: Black & White

Series:  K

Author/Circle: Miyazawa Tatsuki, Suzuki Shingo

Rating: PG

Language: Spanish
Scalation : September Scalations

Traduccion: Hitomi Yagami




Nota del admin: 
A un mes de mi santo y hay actualizacion el dia de Hoy ... Kyaaaa
Gracias a Hitomi-chan ♥
Bueno ... Nos vemos Pronto con la parte final de Cuticle Detective Inaba 
N.Traduccion.:
Hola! Con esto termina la primera parte de la historia, que sería la que se enfoca en "Black side" de la historia, la de Kuroh y cómo se convirtió en el leal caballero negro del Rey Incoloro. La segunda parte habla de Neko, su historia y nacimiento y por qué es un gato (?. Si llegaron hasta acá: LES AGRADEZCO MUCHÍSIMO QUE LO HAYAN HECHO!! Y la paciencia con las esperas!! Ojalá las traducciones les hayan gustado y fueran entendibles. Intentaré ir mejorando en los siguientes! Ojalá continúen apoyando el trabajo!! Y si por milagro algún país lo tiene licenciado, apoyen a Miyazawa Tatsuki–sensei & Suzuki Shingo–sensei

NOS VEMOS! y GRACIAS!

URGENTE: BUSCAMOS RAW PROVIDERS PARA CONTINUAR CON CUTICLE DETECTIVE INABA Y TRADUCTORES DE JAPONES Y CHINO 

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CAPÍTULO 1: Atados Juntos (continuará VII)

     Mucho después, Kuroh se encontró a sí mismo preguntándose por qué había estado tan asustado, y en qué lugar había encontrado la seguridad respecto a lo que tenía que hacer, y allí fue cuando Ichigen le explicó "Lo más probable es que tus poderes hayan despertado en tí, permitiéndote por unos instantes utilizar los míos: los premonitivos".

     En otras palabras, Kuroh, por un momento, fue uno con su Rey.

     Pateó la raíz de un árbol y corrió a través de la cresta de la montaña hasta finalmente oyó el sonido débil de una voz. Se detuvo abruptamente prestando atención mientras gritaba por él.

–¡Heita! ¡¿Dónde estás?!

–¿Ku...Kuroh-chan? –escuchó que la voz le devolvía después de un momento, cargada de preocupación.

      Se lanzó hacia delante apresurado y se deslizó sobre su estómago hasta el borde de la escarpada, echando un vistazo por encima del límite. Sintió que se debilitaba depositar la mirada en un rasgado y herido Heita aferrado desesperadamente a una rama quebradiza de un árbol que crecía a uno de los lados a medio camino al suelo. La planta en sí misma se veía algo raquítica: demasiado como para incluso soportar el peso liviano de Heita por mucho tiempo más, y aunque lentamente, era claro que las raíces estaban empezando a ceder, la tierra empezando a resquebrajarse amenzando con derrumbar la base que hacía de sostén.

–¡Ku...Kuroh-chan! –Heita los llamó, su voz traicionándolo en declarar que estaba al borde las lágrimas, mientras se movía extendiendo una mano en busca de un nuevo soporte... pero Kuroh lo reprendió agudamente.

–¡No te muevas, Heita! ¡Sólo aguarda allí!

     Con un gemido vergonzoso, Heita se retrajo tanto como pudo, intentando aferrarse más fuertemente a su rama. Kuroh evaluó rápidamente la situación: eran unos buenos tres metros desde la posición en que Heita se encontraba hasta donde él estaba en ese momento... y algo así como veinte entre Heita y el final del acantilado.

     Si caía, Heita moriría instantáneamente, sin ninguna duda.

"¡Cálmate!" se recordó a sí mismo "Tienes que permanecer tranquilo, Yatogami Kuroh"

     ¿Qué haría Ichigen–sama en esta situación? ¿Qué haría el hombre al que admiraba en una situación así? Su voz salió por su propia cuenta, antes de notarlo.

–Todo estará bien, Heita –había un pequeño temblor en su voz pero continuó –No te preocupes. Voy a salvarte, Heita. Tú sólo aguarda un poco más ¿Está bien? –Heita asintió, las lágrimas marcando surcos en su rostro.

"Debería volver en busca de algo de soga... Espera, no. Es demasiado tarde para ello, ahora. No puedo perder ni un segundo más"

     Y allí sonó el ominoso sonido de la rama quebrándose profundamente bajo el peso de Heita, una visión que seguramente empalidecería a cualquiera del miedo. Sin embargo, Heita empezó a murmurar una explicación quizás habiendo notado que la rama ya no estaba resistiendo, tal vez no.

–Kuroh-chan, me separé de mis hermanos y antes de darme cuenta todos habían desaparecido, así que empecé a deambular un rato solo hasta que me tropecé y terminé en este acantilado...

     Kuroh se estiró a sí mismo tanto como le fue posible, pero aún no era suficiente para alcanzar a Heita. "Esto no está bien..." Una gota de sudor bajó hasta su mejilla. "A este ritmo, Heita..." con toda sus fuerzas, estiró sus músculos casi hasta el punto del desgarre, hincando el brazo lo más bajo posible....

Y luego...

…el sonido de algo rasgándose por completo, y un crujido partió la extensión del árbol. En ese instante Heita levantó la vista a Kuroh, con lágrimas en sus ojos y le sonrió.

–Kuroh-chan

No quiero morir

     Sin una pizca de duda, Kuroh saltó hacia el aire, ingeniándoselas para alcanzar el cuerpo de Heita justo antes de que colapsara en medio de la caída libre. Heita se aferró fuertemente a Kuroh, con los ojos intensamente cerrados y Kuroh le respondió abrazándose al pequeño cuerpo con tanta fuerza como le fue posible.

     La gravedad arrastró los jóvenes cuerpos hacia abajo con una fuerza arrebatadora...

...y una luz, una brillante explosión crujió frente a ellos, simplemente extendiéndose. Una línea deslumbrante se desenvolvió frente a él desde los dedos extendidos de Kuroh hacia las manos de un hombre que súbitamente había aparecido al borde de la escarpada antes de que el par golpeara el fondo del barranco.

–¡Lo logramos!

Miwa Ichigen, empapado en sudor, los felicitó en respuesta desde su puesto en la cima del acantilado. Ichigen sujetó con ambas manos la invisible que se había extendido de Kuroh.

–¡Bien hecho, Kuroh!

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Tan sólo unos momentos después, Kuroh y Heita se encontraron envueltos en el abrazo de Ichigen antes de desplomarse sobre la parte firme del acantilado. Heita se sollozaba sin cesar, pero dado que apenas había escapado de las garras de la muerte, no había modo de que pudiera ser culpado.

Ichigen acarició la cabeza del niño una y otra vez, su respiración rápida y profunda.

–Lo hicieron bien... muy muy bien. Los dos ¡Estoy tan orgulloso de ustedes!

Kuroh creció infantilmente en vergüenza de ser consentido de ese modo mientras lo ayudaban a sentarse apropiadamente.

–Humm, Ichigen–sama... –no quería arruinarlo, pero era curioso –¿Por qué... estás aquí? ¿No estabas afuera por negocios?

–¿Hmm? Oh, bueno, estaba en camino para visitar a Daikaku–san en Nanakamado, pero entonces de repente tuve una visión de que ibas a estar en un apuro y no había modo de que pudiera estar lejos.

En ese momento, una brisa se levantó desde el final del acantilado, y frente a sus propios ojos, un helicóptero se alzó en el cielo nocturno, un brillante haz de luz barrió el terreno hasta llegar al grupo. Ichigen finalmente sonrió, agitó la mano hacia la nave y terminó su explicación con una sonrisa traviesa.

–Así que regresé.

Kuroh sólo pudo observarlo asombrado; Ichigen realmente era sorprendente, y desarrolló un nuevo respeto por su maestro ese día.

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Heita estaba bien fue reprendido al regresar, pero fueron más los fuertes abrazos entre lágrimas de sus padres y de parte de todos los habitantes que estaban más que alegres desde el fondo de su corazón de que Heita hubiese regresado a salvo.

Todos asumieron y aceptaron que había sido Miwa Ichigen quien había salvado a Heita, lo cual fue conveniente permitir, ya que dejar que se supiera que el estudiante de secundaria Kuroh se había aventurado en las montañas por su propia cuenta esa misma noche, invitaría a más preguntas de las que valía la pena responder.

Éste era el por qué Kuroh había dejado sólo que los dos hermanos mayores de trío daifuku sabían de sus planes y Heita se mantuvo callado acerca de lo que había ocurrido, también. Pero desde ese momento, Heita desarrolló un cariño aún mayor por Kuroh, teniendo una expresión de adoración no muy distitna de la que Kuroh dirigía a Ichigen.

Pero uno de ellos pareció haber atado los cabos sueltos para saber qué tan profundamente Kuroh estaba involucrado en ese incidente: Watanabe–san.

–¿Kuroh-chan...? –ella aparentemente se había percatado de que Kuroh había desaparecido por un lapso de tiempo –entiendo si no quieres hablar de ello... ¿pero quizás juegas un papel importante en salvar a Heita–chan...? –Kuroh sonrió con cierta dificultad, sin confirmarlo ni negarlo completamente. Y entonces, la mujer no continuó presionando, pero le hizo otro ofrecimiento –Ya veo... entonces sólo asumiré que has hecho algo asombroso ¿Hay algo que pueda hacer a modo de agradecimiento...?

Kuroh ladeó la cabeza hacia un lado de forma interrogativa.

–Entonces, podría... por favor ¿me enseñaría a cocinar? –“de a una cosa a la vez”, pensó. Y agregó con una sonrisa –En verdad me gustaría saber cómo hacer ese delicioso omelette dashimaki.

FINAL CAPÍTULO 1