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12/03/2013

K- SIDE: Black & White Capitulo 1 Part C

K- SIDE: Black & White Capitulo 1 Part C

Tipo: Novela
Titulo:  K – SIDE: Black & White
Series:  K
Author/Circle: Miyazawa Tatsuki, Suzuki Shingo
Rating: PG
Language: Spanish

Traduccion: Hitomi Yagami

Nota mia: 
Esta parte ya me la habian entregado hace unas semanas pero como queria actualizar algunos mangas (los cuales no se podra por que no me envian las correcciones ni las traducciones ... culapa de la universidad ... epoca de finales espero comprendan y esperen) no lo hize ... pero bueno aqui esta disfruten de esta parte.
Mañana  estara la parte D 

Capítulo 1: Atados Juntos  (continuará II)
La mañana siguiente, Kuroh se dirigió hacia el jardín para practicar el blandimiento de la espada de madera. Envolviéndose en la acolchada camisa blanca que Ichigen le había tejido a mano. El palpó la tierra que estaba bajo sus pies. La noche aún no había dado lugar completamente al amanecer y la tenue luz naranja del alba se dispersaba bañando su figura.
"¡Whoo! ¡Whoo!"
Mientras blandía la espada arriba y abajo una centena de veces, asegurándose de adoptar la forma que Ichigen le había enseñado, haciendo que una gota de sudor resbalara por su mentón.
"¡Whoo! ¡Whoo!"
El siempre dirigía los ejercicios acerca de lo básico de ser un espadachín antes de preparar el desayuno. Esta era la rutina diaria de Kuroh. No importaba el calor del verano ni el frío del invierno, nunca se desviaba de su camino y había hecho del continuar practicando una meta hasta que el aire a su alrededor se sintiese como parte de su mismo cuerpo.
"Está bien." Se sintió satisfecho ahora, y  ajustando su cuerpo y respiración, puso la espada de madera gentilmente a un lado y tomó la toalla de mano que había colgado sobre el bambú, secándose el sudor. Ichigen acababa de felicitarlo por haber logrado perfeccionar su técnica, y las mejillas de Kuroh habían enrojecido de orgullo al recordarlo. Pero inmediatamente se reprimió a sí mismo "No, debo disciplinarme aún más".
Se podría decir que esta manera de canalizar la energía era lo que hacía de Kuroh, justamente 'Kuroh'. Después de todo él seguía siendo golpeado directamente en la cara fácilmente cada vez que se enfrentaban en partidos de práctica. Y aunque Kuroh siempre usaba su espada de madera, Ichigen en ocasiones peleaba con un periódico enrollado o un pedazo de goma espuma - y aún enfrentándose a elementos tan poco convencionales, Kuroh se las ingeniaba para volar unos dos a tres metros de distancia cuando era alcanzado. Todo ello sin usar siquiera una vez sus poderes sobrenaturales. Parecía ser una cuestión de encontrar el momento perfecto y saber esperar.
"..." Kuroh se zambulló en sus pensamientos antes de concluir que lo volvería a intentar otro día.
Depositó la mirada en el jardín, en busca de un objetivo: viejos árboles de camelias, un seto en el que florecían hortensias violetas, una gran piedra, y un estanque que era el hogar de una rana de la que Kuroh ni imaginaba la edad.
"Meow--"
Justo en ese momento un gato se acercó perezosamente hacia Kuroh desde la vereda. Al principio creyó que sólo buscaba algo de afecto y cariño, pero luego, se deslizó por entre sus piernas antes de treparse a una de las piedras del jardín y permanecer allí calmadamente mientras lamía su pelaje.
Dejó escapar una mirada distante mientras observaba hacia donde Kuroh se encontraba con cierto desdén - y Kuroh sonrió amargamente. Este gato era el que recientemente había tomado por residencia el vecindario. No tenía idea acerca de donde había venido, pero parecía bastante bien cuidado e Ichigen había empezado recientemente a llamarlo "Tamagorou" por algún motivo.
"Dudo poder intentarlo con ese gato..." se dijo a sí mismo. Por instinto él entendía que sus poderes no eran del tipo peligroso que pudiese convertir en llamas lo que estuviese a su alrededor o que cortaría en diminutas partes a algún oponente o lo absorbería como una aspiradora, incluso el mismo Ichigen, su Rey, se lo había garantizado. Pero eso no calmaba sus inquietudes ante la mera posibilidad de quitarle a otro ser vivo la vida de esa manera.
Simplemente el problema era que Kuroh no tenía ni la más mínima idea de acerca de como estos poderes, siendo miembro del clan del Séptimo Rey, se podrían llegar a manifestar.
Su mirada cayó sobre la regadera de plástico que usaba para en el jardín. Podría llegar a sufrir alguna serie de rasguños si llegaba a errarle.
Relajó los hombros y tomó una bocanada amplia de aire antes de juntar sus manos y sujetarlas fuertemente entre sí. Cerró los ojos fuertemente como si estuviese meditando y forzó a su corazón y a su mente a mantener la calma.
"¡Concéntrate!" se recordó a sí mismo. Podía sentir ondas llenándolo de energía desde la cabeza hasta la punta de los pies- una sensación a la que se acostumbraría al crecer. Cuatro años atrás solo había sido capaz de percibirlo tenuemente, pero ahora se le hacía más claro. Metafóricamente, era como tener una piscina invisible en la base de su centro con pequeñas partículas de luz que burbujeaban hacia la superficie. Era una sensación algo hormigueante, pero realmente cálida.
Había un buen motivo para esto: porque en ese momento el se conectaba con el mismísimo centro del Rey Incoloro, con el alma de Miwa Ichigen. Podía sentir las brillantes vibraciones fuertemente resonando en él, embebiéndolo en coraje, apoyándolo y animándolo.
Ante todo esto, él tenía una única misión: concentrar toda su energía hasta el máximo de sus capacidades en esa sensación, y luego--
"¡Libérate!" Su ojos se abrieron abruptamente en toda su extensión y ajustando su enfoque en la botella de agua que tenía por objetivo, liberó la imagen de su poder en una gran explosión y...
Sin embargo...
"¡Poof!" un sonido seco y las ramas de la camelia en el lado opuesto se sacudieron ligeramente antes de que dos, tres hojas flotaran hacia el suelo. Y animándose por un momento ante el sonido, el gato dirigió una mirada sarcástica hacia Kuroh antes de volver a la faena de limpiarse. La rana que aguardaba en la laguna parecía haberse alejado, probablemente al haber sentido las ondas de energía expandiéndose en círculos sobre su territorio.
"Otro fracaso..." Los hombros de Kuroh decayeron un poco en señal de decepción, y su expresión se veía decaída cuando había suspirado. A pesar del lento pero constante progreso que estaba haciendo con su espada, bajo la tutela de Ichigen, no había sido capaz ni una vez de desplegar sus poderes que le habían sido concedidos como miembro del clan del Séptimo Rey en los cuatro años que llevaban juntos. Y esa realidad dejaba una sombra oscura en el corazón de Kuroh.
"Realmente soy inútil..." Detestaba lo extraño que podía ser. Era como si algo en él rechazara el lazo que tenía con su Ichigen, la persona más preciada para él, y con cada rechazo se volvió cada vez más y más abatido.
Ichigen le había advertido acerca de los peligros de sólo retener conocimiento y le prometió que le contaría todo lo relativo al sistema de Reyes una vez aprendiese a controlar sus poderes. Pero ahora... ¿Cuándo podría llegar a esperar a que ello ocurriese? ¿Qué tal si-- y si nunca ocurría?
Se deshizo de estas preocupaciones, aunque las dejo escondidas en su interior.
El guardián de Kuroh, Miwa Ichigen, había estado observando todo el asunto desde una ventana en el segundo piso. "Bueno, me temo que al menos esta parte tendrá que correr por ti. Es difícil explicarlo con palabras..." estrechó sus ojos y sonrió un poco. "Ni siquiera yo podría explicarlo demasiado bien.".
Ichigen permitió lentamente que las cortinas se cerraran antes volver a su habitación; tuvo que fingir que había estado durmiendo todo el tiempo hasta que Kuroh apareció convocándolo a desayunar. "Deduzco que no tienes más opción que aprenderlo del modo difícil- cayéndote e ingeniándotelas para volverte a levantar. Tan solo mantente intentándolo, Kuroh" susurró suavemente para sí.
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La aldea a la que Ichigen y Kuroh llamaban hogar yacía en el valle entre dos montañas en una prefectura y comprendía una población de 200 personas aproximadamente. Llegar a la estación más cercana requería de 30 minutos siendo sacudido bruscamente en un autobús. Y aunque no tenían cosas tales como tiendas de conveniencia, sí tenían un gran almacén que vendía cualquier cosa que pudieras necesitar. Las escuelas primaria y secundaria se regían bajo la misma premisa, y todos los niños acudían juntos. Aunque a decir verdad, "todos" representaban un total de 10. Y mientras los veranos eran soportables, la nieve se acumulaba fácilmente en invierno haciendo algo difícil las cosas. Cuando los estudiantes se dirigían hacia los angostos caminos de las montañas -demasiado pequeños incluso para poder levantar la nieve y atravesar el camino- para llegar a clases; sin embargo Kuroh hacia el camino de 40 minutos feliz de hacerlo.
Mientras tenía oficialmente quince años en los papeles, toda la educación elemental constituían 4 personas así que Kuroh recibía sus lecciones en un aula grande con los otros tres chicos y dos profesoras de por medio. Era un ambiente bastante acogedor para aprender.
Los otros tres estudiantes, aparte de Kuroh, todos se apellidaban "Yamamoto", y representaban al mayor, al del medio y al menor de los hijos de una familia de artesanos que se habían mudado desde la ciudad. Sus nombres eran Seita, Kouta y Heita y todos ellos eran menores que  Kuroh, cursando cuarto, tercer y primer grado respectivamente. Y mientras sus nombres podían parecer bastante similares entre sí, sus caras lo eran aún más. Y era un trío bastante conocido entre los locales. Sus caras eran encantadoramente regordetas, con cuerpos para complementar. Y aunque a ninguno de ellos se lo podría describir como particularmente bueno en sus estudios, tenían una personalidad tan empática y eran adulados por cualquiera a su alrededor, unos niños siempre predispuestos.
Habían sido apodados el "trío daifuku" y parecían tomarlo bastante al pie de la letra. Auto-nombrándose de ese modo incluso ante otros. El primero de sus miembros era Seita, el segundo Kouta y el tercero Heita. Debido a la diferencia de edad con sus 2 hermanos era el que tenía una leve diferencia  con los otros dos, sin embargo, Kouta y Seita separados por tan solo un año eran no solo parecidos físicamente sino en peso por lo que muchas veces los maestros los confundían entre sí.  
Aun así, para Kuroh ellos no sólo eran sus compañeros de clase, sino también eran los únicos chicos de su edad en el área.
Aquel día, desafortunadamente había comenzado a llover durante la mañana, previniendo a los chicos de salir a jugar por lo que pasaron el descanso de la tarde puertas dentro. Seita, el mayor, quizás como herencia de su padre artesano era bastante hábil con las manos y dibujaba bastante bien. Solía dibujar borradores de mangas. Hoy también, podía ser visto garabateando en las esquinas de su libro de texto, aumentando el entusiasmo de sus hermanos que esperaban ver el producto terminado como un libro animado.
"¡Oh, se está moviendo!¡Se está moviendo!¡El anciano está bailando!"
"Niichan, eso es fantástico" rieron Kouta y Heita, expresando su emoción con regocijo, y Heita se volteó para llamar a Kuroh, sentado junto a la ventana tranquilamente garabateando en su cuaderno "¡Hey, Kuroh-chan! ¡Ven! ¡Échale un vistazo a esto! El último trabajo de Niichan es comiquísimo- ¡el baile del pelado!" 
Kuroh alzó la cabeza y le sonrió suavemente "Ahora iré, cuando termine de escribir esto." Ya fuere dentro o fuera de la escuela, Kuroh era visto como el hermano mayor del trío e incluso muchos adultos depositaban su confianza en él, encargándole el cuidado de los menores. Esto era algo que solo despertaba entre personas que podían forjar íntimamente un lazo que los uniera entre todos ellos- después de todo, todos se conocían entre sí estaban familiarizados de algún modo- y Kuroh estaba, por supuesto en buenos términos con los padres del trío daifuku. Kuroh a veces los cuidaba fuera de algún sentimiento de deber sino porque disfrutaba de su compañía.
Oyendo el sonido de la lluvia daba forma a una neblina brumosa, repiqueteando contra el soporte de la ventana, intento retomar sus garabateos diarios pero cuando Heita dejo escapar otro suspiro de profunda admiración, sus manos volvieron a detener su escritura.
 "¡Realmente puedes hacer cualquier cosa Niichan!"
Sus palabras despertaron en él el recuerdo del incidente de hoy a la mañana.
"¡…!"
Una visión de sus poderes fallando en su cometido - ya había perdido la cuenta de cuántas veces había ocurrido algo así. Era como si lo entendiera en cierto nivel y por otro lado aún no.
"Quizás realmente sea inhabilidoso"  pensó dirigiendo una mirada al trío daifuku. Sus dedos no eran tan ágiles como los del mayor, ni sus pies tan rápidos como los del de medio. Había esperado al menos superar al menor en todas las áreas pero recientemente en las clases de música, todos había descubierto la grandiosa voz que tenía.
Dejando la escritura, se sumergió en sus pensamientos. "lo arruiné el otro día con la comida, y aún no logro aprender cómo manejar mis poderes como miembro del clan… A este ritmo, sólo terminaré decepcionando a Ichigen-sama…”
Mientras se quedaba sentado allí habitando en esos pensamientos oscuros, una voz lo llamó. “Yatogami-kun ¿Puedo hablar contigo?”
“Ahh- ¿Sí? ¿Qué es lo que ocurre Kawamura-sensei?” Ella era Kawamura Mitsue-sensei, una de las dos maestras en toda la escuela. Ella era una cuestión extraña –tan sólo en sus veinte y había decidido por su propia cuenta mudarse a este pobre pueblo-  y albergaba una profunda pasión por la educación y se preocupaba mucho por sus estudiantes. Su rostro era lo suficientemente joven como para pasar por una estudiante de secundaria, usando anteojos de marco negro opaco y nadad e maquillaje. Su tez era clara y tenía rasgos agradables, pero parecía como si a ella no le importara y nunca hubiera intentado aprovecharlo y vestirse o verse a la moda.
Considerando que estaba hablando con una profesora, Kuroh procuró mantener una postura respetuosa, pero Akagi-sensei lo detuvo con un “Oh, no, no, no te preocupes, Yatogami-kun. No es nada importante. Ahh, bueno, es…” Jugueteó un poco con sus manos mientras buscaba las palabras. “¿Estás… estás seguro de que no te resultaría incómodo que vaya a tu casa esta noche?”
“¿Esta noche?” después de pensarlo un momento, lo recordó. “¡Oh, cierto! ¡Claro, usted es un miembro del pueblo después de todo!”
Akagi-sensei guardó silencio un momento, las palabras atrapadas en su garganta, y se ruborizó suavemente por algún motivo. En el pueblo, todos los viernes al anochecer, todos los adultos se reunían para una ‘asamblea’, que era poco más que una reunión de bebidas. El encuentro se realizaba en la casa de un prominente habitante distinto cada semana, y cada uno llevaba un bebidas y comida, haciendo de la noche un agradable encuentro. Y esta noche, la reunión sería en la casa de la celebridad del pueblo, Miwa Ichigen. El otro día, cuando Akagi-sensei había pasado por una visita, Ichigen la había invitado a unirse. “Si se encuentra libre ¿no desearía unirse a nosotros el próximo viernes?
“Ah.ha… nngh..” había respondido en un tono extraño “Bueno, umm…¿qué… crees… que debería usar?”
“¿Usar?” Kuroh ladeó la cabeza, tratando de recordar qué tipo de ropas normalmente vestían las personas que atendían las reuniones. “A ver…creo que la mayoría se viste de manera casual” A decir verdad, la mayoría aparecía con las ropas de trabajo o sudaderas, y entre los refrigerios había sake, vegetales hervidos y comida seca.
“Ya veo. Miwa-san dijo algo similar ‘un encuentro amigable entre amigos’ así que en verdad no es algo demasiado formal, huh” Asintió para sí misma. “También parece que hay una regla de acercarse con algún regalo de cortesía también, pero me pregunto si dulces hechos a mano será suficiente?”
“¡Ah, sí! ¡Estoy seguro!” respondió instantáneamente. En su mente se alzó la imagen de bollos majuu al vapor rellenos de pasta de frijol dulce, bolas de arroz ohagi recubiertas con frijoles rojos dulces; ese tipo de dulces que las señoras mayores solían llevar. “Hay algunos de los que asisten que no beben, así que estoy seguro de que les emocionará saber que tienen algo dulce que disfrutar.”
Akagi-sensei rió feliz “Entiendo ¡Entonces haré mi mejor intento!”
Kuroh le devolvió la sonrisa, tal y como la cordialidad dictaba, pero dentro de su cabeza pensó, “¿Huh…? ¿Qué tal si ella está pensando en algo un poco distinto de lo que realmente es…?” No podía ponerlo exactamente en palabras, pero… sentía que seguramente había una pequeña discrepancia entre lo que una joven mujer que acababa de mudarse desde la ciudad podía imaginar como una “reunión casual” y lo que realmente era “la asamblea que a penas es algo más que una reunión de bebidas” que se llevaba a cabo en la aldea.
Sin embargo, antes de que Kuroh pudiese corregir esta concepción, la campana sonó, indicando el final del período. Akagi-sensei dirigió una mirada al reloj en la pared, agregando, “¡Bien! Entonces ¡estaré allí con las campanadas del anochecer! Envíale mis saludos a Miwa-san!” En este punto había vuelto a ponerse en modo profesora después del ‘la joven mujer local’ y le sonrió.
“¡Sí, señora!” respondió brillante.

Continuara ....

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N.T.: Aunque se realiza una explicación de la maestra de Kuroh Kawamura Mitsue-sensei y la describe lo más bien, no queda demasiado claro por qué después la empieza a llamar Akagi-sensei. En la versión en inglés tampoco quedaba demasiado claro, y la chica que lo tradujo lo aclaró, pero leyéndolo tampoco pude dilucidarlo... como parecía hacerse referencia a la misma persona de igual modo, quedó así.  

1 comentario:

  1. (^_^) muchas gracias por este nuevo capitulo, adoro leer nuevos capítulos, y sobre todo de esta novela que adoro ♥
    Reitero mi agradecimiento por su trabajo :D

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